En una sociedad hiperconectada, el uso de la tecnología es obligado para cualquier empresa actual. Según Bosch, para el año 2020 se prevé conseguir que 50.000 millones de objetos tengan interconexión, un desarrollo mundial de ítems y periféricos que obliga a cualquier negocio a mantenerse en constante actualización y hasta disponer de los gadgets más avanzados para competir.
Quedarse fuera de esta evolución natural no solo impedirá el crecimiento sino que, con toda probabilidad, hará que se esté a merced de ser superados por nuevas oportunidades de negocio que sí aprovechen el circuito tecnológico para lanzar su catálogo y atraer clientes. Esto es una realidad innegable, la economía ofrece una visión clara y manifiesta cuando indica que las principales compañías que operan en todo el mundo son las tecnológicas. Su facturación, como demostró Microsoft al anunciar que durante el Q3 de su año fiscal 2016 superó el billón de dólares en ingresos, es una muestra de ese liderazgo.
Pero alcanzar este objetivo, la “digitalización” de una organización, solo se consigue mediante un cambio en la estructura y el modelo de negocio que opere hasta el momento. La mecánica tradicional se ha quedado obsoleta, el sistema de trabajo desfasado y los procedimientos más rudimentarios lo único que causan son demoras en la producción y pérdidas en la cuenta de resultados.
Hace falta un cambio de la perspectiva funcional. El dinamismo de la red requiere actores con una alta capacitación dentro de un sistema puntero, a la vanguardia en componentes tecnológicos. Así se presentó el panorama del futuro, que hoy ya es presente y exige modificaciones urgentes para adaptarse a los consumidores, converger en los intereses y experiencias de los nuevos usuarios que demandan información permanentemente actualizada, en ingentes cantidades y con una disponibilidad total.
La verdadera deslocalización ha llegado de la mano de internet, ya no existen barreras de acceso y tampoco puede un profesional esgrimir ningún tipo de limitación, bajo el riesgo de verse superado por la competencia y arruinar su propia supervivencia.
En este paradigma empresarial se vislumbran algunas oportunidades y ventajas:
- Ahorro: el cloud computing permite ahorrar hasta un 40 % de la inversión informática necesaria en hardware y licencias del software. Se reduce también un 31 % el gasto salarial de los responsables TIC y la factura de luz podría disminuir hasta un 80 %. Un punto muy valorado cuando los presupuestos son ajustados.
- Accesibilidad: permite una gestión integral de la empresa, con soluciones de CRM y ERP combinadas y accesibles desde múltiples sistemas y con tan solo un terminal y una conexión a la red, otra facilidad de la nube. Como destacan en Aitana al referirse a dynamics nav y su accesibilidad, “desde cualquier lugar, en cualquier momento y con cualquier dispositivo.”
- Escalabilidad: con el producto Azure de Microsoft es factible ampliar las posibilidades de uso de aplicaciones y servicios en la nube: “de 1 a 1.000 en minutos”. Con redirecciones a zonas verificadas, se evitan caídas por errores o mantenimiento. De igual modo, se reciben alertas sobre el estado de disponibilidad del sistema y tienen una zona específica para pruebas de ensayo y error que no afecta al funcionamiento ordinario. El escalado es automático, afrontando subidas en caso de picos de tráfico y necesidades eventuales, limitando su uso para optimizar los costes.
Binomio empresa – cliente
Según un estudio reciente, realizado por IFS, entre más de 500 altos cargos de compañías ubicadas en más de 20 países del mundo, el 76 % de los encuestados reconocen que «necesitan más información sobre la transformación digital”. Afirman que existe un gran potencial que no pueden aprovechar por carecer de estrategia, también deberían esclarecer sus objetivos para centrar los esfuerzos y acciones a realizar con el fin de evolucionar hacia un sistema digital que reporte cuantiosos beneficios. Faltaría una verdadera cultura del cambio, una toma de conciencia de la realidad socioeconómica para culminar en la preparación de futuro. Ahí es donde juega un papel decisivo la digitalización, la nube y sus herramientas tecnológicas: más seguras, rápidas, eficaces y asequibles.
Que el cliente se ha convertido en el núcleo de la actividad productiva es algo que no niega nadie. Hace falta cambiar el modelo, se necesita dimensionar la organización para estar más cerca de quien consume y utiliza. Con el big data se almacena una gran cantidad de información sobre sus necesidades, preferencias de uso, las expectativas de compra y hasta sus deseos. Para satisfacer al cliente, se deben abrir canales que faciliten la interacción y comunicación lineal, lo que implica que se deberán establecer planes personalizados y efectuar un seguimiento sobre esa relación para fidelizarle.
Tecnología en la nube
Las soluciones omnicanal integran estas herramientas de gestión en un ámbito digital, la nube, ampliando la capacidad de respuesta desde los distintos departamentos con los proveedores y el personal de la empresa. Una visión 360º mediante un software de última tecnología que funciona en tiempo real para atender los requerimientos de las generaciones más exigentes que existen.
Conseguir un escalado vertical ágil es importante para trabajar con almacenamiento de datos por lotes. Es un proceso que puede durar apenas segundos, sin obligación de tener que arriesgarse a un aprovisionamiento excesivo de recursos que eleve los costes. La posibilidad de pausar el proceso es también un valor de administración más libre. Contando además con un servicio que detecta y audita las posibles amenazas al sistema, con alarmas que pueden avisar de fallos y un inicio de sesión único – SSO.
Estas son algunas de las muchas posibilidades y configuraciones avanzadas del nuevo sistema de computación en la nube que ofrece Microsoft Azure y que ya está disponible. El debate está abierto, los medios tecnológicos disponibles y solo falta que se adopte la actitud adecuada para sumarse al progreso y responder a las necesidades de una sociedad avanzada que juzga de manera muy crítica a las empresas, difundiendo en cuestión de segundos sus opiniones por todos los medios posibles y que exige estar a la última con las mejores funcionalidades y los desarrollos más exclusivos para recibir buenas valoraciones. Así llega el éxito, más ventas y mayores beneficios.
Deja tu comentario